martes, 7 de diciembre de 2010

A VECES EL PEQUEÑO SE COME AL GRANDE

El dinero no lo es todo, a veces el sentimiento puede a los euros. Ya en época de los vikingos algunos poblados contrataban mercenarios para defenderse pero acabaron dándose cuenta que las batallas no las ganaba el dinero si no el corazón. Eso pasó este fin de semana, unos humildes trabajadores derrotaron a la prepotencia y faraonismo del futbol en Euskadi. Gracias real por conseguir que un grupo de aldeanos pudieran con las hordas del euro vestido de rojo y blanco.

                                           El corazón viste de azúl y blanco

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